Control de calidad
Puede que no sea necesario tener un grado en Lingüística para ser traductor, pero ayuda. La traducción es un proceso continuo de toma de decisiones, conscientes o inconscientes, que están relacionadas con la gramática, semántica, pragmática, sociolingüística, lingüística aplicada, etc.
O, dicho de otra manera, se responde constantemente a preguntas como estas: ¿el orden de las palabras y las frases es correcto? ¿El texto fluye como debería? ¿Conserva el significado del original? ¿Los términos elegidos son los correctos en el contexto? ¿Tiene el mismo estilo que el original y es el estilo apropiado para el fin que se busca?… etc.
A través de mi interés en todo lo relacionado con la lengua y el grado en Lingüística, he adquirido la experiencia y los conocimientos teóricos necesarios para entender todo lo que repercute en que una traducción sea correcta, fiel y, en definitiva, una buena traducción.
A continuación incluyo algunas de las cosas que hago en la práctica, a la hora de traducir:
En primer lugar, siempre trato de evitar las prisas en todos mis proyectos de traducción, sin importar lo grandes o pequeños que son, pues todos son igual de importantes.
Mediante el uso de los glosarios adecuados, aseguro la uniformidad y la elección de la terminología correcta.
Los actuales programas de traducción me ayudan a encontrar cualquier error tipográfico y a corregirlo antes de entregar el trabajo.
Consulto constantemente distintos diccionarios monolingües y bilingües, así como otras fuentes de referencia lingüística, como las guías de estilo, para asegurarme de que la terminología que uso es correcta y apropiada.
Vuelvo a leer y releer el texto original y la traducción más tarde, para asegurarme de que todo está bien y suena como debería.
Siempre que es posible (y el texto no es confidencial), busco la segunda opinión de otra persona y le pido que lea el texto y confirme que fluye bien y que suena natural.
También saco el máximo partido de los recursos disponibles en línea, para mi continuo desarrollo, y leo y escucho a los expertos y referentes de los distintos ámbitos de especialidad.
Valoro los comentarios de mis clientes y mi esfuerzo por seguir aprendiendo es continuo, siempre en busca de la perfección.